Es un albatros cualquiera, y siente en este momento que todo es maravilloso. Flotar. El líquido caliente. Sentir cómo se desarrollan nuevas partes de su cuerpo. A veces se nota un calor diferente al del líquido, un calor que arropa de forma distinta. En esos momentos se siente cuidado. ¿Las madres de los pájaros les aman? No lo sabe, pero le gusta la sensación. Cuando no siente ese calor, hay otro diferente, acompañado de una luz clara que atraviesa la cáscara en la que está envuelto y que puede ver a través de sus párpados cerrados.
Siente un impulso irrefrenable, respira rápido, se frustra, necesita hacerlo, picotea, destruye, abre, derrama el líquido, su cáscara queda destrozada, y encuentra algo inesperado. El mundo.
Es un albatros cualquiera en ese mundo tan grande, y siente que todo es maravilloso. Crecer. El aire entre las plumas. Ser alimentado. Volar. Aprender a alimentarse. Zambullirse en el agua. No saber a qué le recuerda. También el no saber le parece bonito. Hay otros animales que le asustan. No le gustan los perros y una vez vio un caballo. Sin embargo, sí le gusta ver a las personas paseando cerca del mar; sobre todo si llevan ropa blanca. Sentir la arena en las patas. ¿La arena de las playas ama? No lo sabe, pero le gusta la sensación. Cuando no siente la arena en las patas, a veces siente algo diferente, la agonía de un pescado antes de ser engullido; y sentir ese algo con los párpados cerrados, le produce cierto placer desconcertante.
Siente un impulso irrefrenable, respira rápido, se frustra, necesita hacerlo, vuela alto, atraviesa las nubes y sigue ascendiendo, picotea, destruye, abre, derrama el azul del cielo, su cáscara queda destrozada, y encuentra algo inesperado. El mundo más allá del mundo. El lugar donde los albatros escapan mientras nosotros pensamos que desaparecen.
gracias por hacerme sentir esa envidia tan sana de la libertad de volar, volar alto, y sentir ese algo indescriptible.
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